lunes, 15 de abril de 2024

El samurái y su perro

ES FICCIÓN! 


Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog. 

Para esta ocasión tengo el gusto de presentaros una bonita fábula. 

El Samurái y su Perro, una fábula que todo practicante de artes marciales debería conocer. 


 "Había una vez un samurái que solía tener la costumbre de pasear con su perro, al cual tenía una gran estima. Un día, su perro se alejó de él y jugueteaba con las hojas que caían de los árboles. 
Y grande fue la sorpresa del samurái, cuando de repente, su perro se lanzó corriendo contra él con aire fiero. 
 El samurái, que estaba bien entrenado, desenvainó su espada y justo cuando el perro saltó, le cortó la cabeza. 
 El samurái no entendió porque de repente su fiel perro se puso en contra suya. 
 Entonces elevó la cabeza y vio como una serpiente, que estaba en una rama, se estaba acercando peligrosamente a él. 
Cuando el samurái comprendió que lo que intentaba su perro era salvarlo y no lastimarlo, lloró amargamente. 
Fue entonces cuando recordó una vieja enseñanza de su maestro: 
El sentido de una acción no siempre es fácil de interpretar, por eso, antes de desenvainar tu espada, asegúrate que esa es tu única opción."

Esta idea me ha servido en muchas ocasiones para no hacer daño a quien no se lo merecía. 

Si uno se deja llevar por las emociones del instante y sin comprender o tratar de comprender a alguien o algo toma decisión de manera impulsiva, a veces esta no tienen vuelta atrás y de ellas se puede uno arrepentir toda la vida. 

La vida, tan corta ella, a veces más de lo que imaginamos. 
No vale la pena discutir y pelear. Sed felices, amad y decirlo. Vivid intensamente porque sino algún día os vais a arrepentir.

Un fuerte abrazo a todos los que leéis. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.

sábado, 13 de abril de 2024

La zorra y el masoca (ep7)

ES FICCIÓN!  


Hola a todos soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

Aquí va una nueva aventura de ficción de mi serie de historias La zorra y el masoca.

Era una bonita mañana otoñal. 
Él llegó a su casa temprano, alrededor de las diez.
Como muchos otros días su intención era pasar el día con ella trabajando en aquello que los motivaba y les apasionaba.



Normalmente en el chalé de la casa familiar de ella solían estar sus padres, que jubilados andaban con sus quehaceres de un lado para otro. Pero aquel día no era así.
Llegó a su casa y tocó el timbre. 
Ella le recibió en pijama, con el cabello recogido en coleta y una amplia sonrisa. A pesar de sus más de treinta años tenía cara de niña feliz. Nada más verlo le preguntó por la mochila que solía llevar encima. Él le dijo que la había dejado en el coche. 
Al parecer por algún motivo ella quería que tuviera la mochila encima. Motivo que en breve iba a descubrir. 
Desayunaron en la cocina y subieron a la habitación de ella. Entonces fue cuando le dijo que estaba sola en casa y se moría de ganas por tener sexo con él en su dormitorio, su habitación de soltera y quería que llevara la mochila encima porque sabía que en ella él tenía una caja de preservativos.
Él recibió la noticia encantado y del bolsillo interior de su chaqueta sacó un condón.
Le dijo que lo llevaba ahí por si se daban las circunstancias de hacerlo en cualquier sitio.
A ella le encantó su previsión. 
Así que en el dormitorio de ella, de pie y con las puertas abiertas comenzaron a besarse y a tocarse. 
Él se desnudó rápidamente, le quitó el pantalón y las bragas a ella, la desprendió de la parte de arriba también y la tumbó en la cama de la habitación.
Aquella habitación, decorada parcialmente como si todavía fuera una adolescente, fue testigo una vez más del romance de aquellos dos adultos que apasionados por su trabajo y por ellos mismos, dieron rienda suelta una vez más a su amor incondicional.
Aquello era una fantasía hecha realidad para los dos. 
Él se sintió como la primera vez que se acostó con su primera novia a los dieciséis años a finales del siglo pasado. Ella, movida exclusivamente por la lujuria y el morbo disfrutó del sexo exclusivo con él una vez más.
Como en muchas otras ocasiones él comenzó practicándole un cunnilingus. Le encantaba comerle el coño. Ella tampoco se quedó corta y enseguida después de correrse se la chupó.
Lo hicieron a pelo sobre aquel lecho en el que ella tantas veces había fantaseado estar con él.
El cuerpo de él, duro y fibroso se retorcía sobre la suave y blanda figura de ella.
Era tan tierna, tan delicada, tan hermosa a los ojos de él que era incapaz de encontrarle ningún defecto.
Ella siempre tan complaciente y en apariencia sincera. 
Y digo bien, en apariencia. 
Porque no todo en esta vida, por más que lo queramos y nos guste, es como imaginamos. 
Él la amaba con locura, como no se debe amar a nadie, porque quizás la otra parte no esté preparada para devolver con la misma moneda. 
Como era habitual en ellos lo hicieron durante mucho rato a pelo y después de que ella tuviera varios orgasmos, cuando él se acercaba a sus momento culminante se puso el profiláctico y alcanzó el orgasmo dentro de ella.
Después de hacerlo repetidas veces y llegar al orgasmo los dos permanecieron abrazados juntos en aquella pequeña cama durante unos minutos. Después de calmar sus ardientes deseos volvieron abajo y siguieron con lo planeado. 
Aquel también fue un hermoso día.
Seguirían juntos por algún tiempo. Seguirían amándose hasta que quedase descubierta las verdaderas intenciones de ella...

Esto ha sido todo por ahora.

Espero que mi presente historia de FICCIÓN haya sido de vuestro agrado.

Volverán La zorra y el masoca próximamente.

Mis mejores deseos para vosotros que me leéis. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.

   

lunes, 1 de abril de 2024

Reflexiones de Abril


 Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

Somos arena. Somos viento. Somos polvo cósmico.

Somos el resultado de nuestra historia. Somos sangre y vísceras de nuestra carne. Somos sueño. Una quimera. Un producto de la imaginación de un ser superior.


Se supone que vivimos el momento más grande de la historia. Hemos llegado a la culminación. No necesitarás nada y serás feliz…

El ser humano. El mismo que en la actualidad se cree capaz de todo y se siente en el más absoluto pedestal, incluso por encima de Dios, no es consciente de que quizás se tambalea y marcha irrefrenablemente hacia su propio desenlace.

Una sociedad, en la mayoría de los casos, inconsciente avocada a su propio final. Dominada por poderosos.
Sin principios morales. Sin religión. Sin respeto. Amnésica.

Una sociedad que estigmatiza la tradición, condena lo habitual y destierra todos los valores que nos han forjado y han dado pie a que lleguemos a la actual calidad de vida.

Hay que tener en cuenta que nuestros actos tienen consecuencias y la vida es efímera.


Ayer tenía quince años y vivía con mis padres en Barcelona.

Hoy tengo más de cuarenta y ya peino canas.

La vida es demasiado corta como para perder el tiempo. Y eso, querido lector, es precisamente lo que nos están robando, el tiempo.

Nos entretienen con toda clase de tecnologías para que estemos ocupados en banalidades y no pensemos, continuemos sin progreso. Nos convencen para que no sigamos nuestro instinto natural, nuestra esencia.
Para que evitemos hacer a toda costa lo que nuestros antepasados hicieron durante miles de generaciones.

En definitiva, para que no seamos felices.

Porque el objetivo principal en esta vida es ser feliz, y la felicidad se encuentra muchas veces en las pequeñas cosas: En una mirada amable, en un día soleado, en poder hacer ejercicio, … Pero también se encuentra en hacer lo correcto, y todos sabemos qué es.

Muchas veces la vida es mucho más sencilla de lo que nos cuentan o nos hacen creer.

Hacer lo que nos marca la sociedad, ir contra natura en muchos sentidos y protestar con la boca llena, como un niño consentido, eso solo nos conduce a la destrucción.

Pero mientras el mundo sigue girando. El espacio exterior sigue expandiéndose y la gran obra sigue su curso. Imparable. Absoluta.

Nuestras vidas son un instante. No somos más que un eslabón dentro de una cadena. Sangre de nuestra sangre.

Somos únicos sí, pero al mismo tiempo iguales.

Somos carne, tendones y hueso. Vísceras, mucosas, … pero por encima de todo, somos energía en movimiento.

Somos espíritu inmortal. Somos un minúsculo puntito dentro del espacio, microscópicos, que nacemos, crecemos y morimos en un suspiro, pero ese suspiro lleva una vida entera.

Somos nosotros quienes tenemos que decidir con qué llenar ese suspiro. Dejar un recuerdo entre los nuestros. Una muestra de nuestra existencia que no sea tan fácil de borrar.

En mi caso, desde muy pequeño he tenido el irrefrenable impulso de expresarme a través del arte, ya fuera este la escritura, la interpretación, las artes marciales, etc…

Encontré mi camino a los once años y desde entonces no he parado de andarlo.

Y las cosas durante mucho tiempo no fueron fáciles.

Pero cuando alguien quiere algo con todas sus fuerzas y trabaja y sigue de manera constante en busca de aquello que desea al final, más tarde o más temprano, las cosas suceden.

Cada cual tiene que tener un objetivo en la vida y seguirlo. Construir en pro de un sueño que te lleva a materializar aquello que deseas.

Pero para conseguirlo el deseo debe de ser puro y debes caminar con constancia en esa dirección. Y es fácil distraerse y salirse del camino. Es muy fácil. Pero quien insiste se encauza.
Todo lleva su esfuerzo en esta vida. Para bien o para mal nada es gratis. Todo tiene su precio. Por más que nos digan siempre se paga de alguna manera. Es por eso la importancia de expresarse con honestidad y seguir tu propio camino sea como sea. Es de vital importancia siempre y cuando queramos ser felices.

En esta sociedad convulsa tenemos la opción, por ahora, de tratar de llegar a nuestros objetivos. La cuestión es, ¿eres capaz de hacer el esfuerzo necesario desde la constancia para alcanzarlo?

La mayoría eligen el camino fácil. Victimizarse y culpar de sus problemas a terceros. Pocos son los que desde la honestidad trabajan y siguen trabajando al precio que sea por conseguir sus objetivos y llegar al lugar que les pertenece. Al lugar donde desean estar.

Las energías son muy importantes. El karma hace su trabajo. Si uno está en armonía con el universo todo es más fácil.

Para muchos su idea de progreso es aprovecharse de los demás.

Nada funciona con dobles intenciones. Las cosas no son así. Cada cual debe seguir su camino y si se puede caminar con alguien, por lo menos una parte del trayecto, pues maravilloso. Pero sin dobles intenciones. Sin engaños.

Solo la honestidad nos dará la clave del éxito. Honestidad, trabajo constante y preparación.

Ese es el auténtico camino al éxito y la riqueza, tanto física como espiritual.

Porque si eres feliz con lo que haces, ya sea estando solo o bien acompañado disfrutas de la vida. El resto de las cosas vienen por añadidura.

Todo lo que somos. Todo lo que creamos y construimos empieza dentro de nosotros. Nace de un pensamiento puro.

Piensa en positivo. Crece. Cumple tus sueños. Siempre se está a tiempo de empezar.


Esto no es más que una reflexión sin mayor intención que hacer pensar a aquellos que me lean.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un fuerte abrazo queridos amigos.

Alberto Hidalgo.


viernes, 29 de marzo de 2024

Con más miedo que vergüenza

Es ficción! 


Hola a todos.

Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog. 
Para esta ocasión os traigo una historia de FICCIÓN que espero sea de vuestro agrado.

Un amigo me contó la historia de una de sus ex novias.
Esta era una mujer que se encontraba en una edad que cualquiera de otra época diría que "se va a quedar para vestir santos". Vivía en el piso de sus padres y también de ellos ya que no trabajaba ni tenía intención de hacerlo. 



En un tiempo en el que la vivienda está por las nubes eso puede resultar cómodo hasta cierto punto, aunque lo cierto es que todos llegados a cierta edad tenemos tendencia a emanciparnos aunque sea por vergüenza. Pero esta mujer de vergüenza tenía más bien poca.
Resultaba ser un parásito que se aprovechaba de todo aquel al que se acercaba. En apariencia era una mujer educada, cariñosa y cercana. Vestía de manera correcta, pero todo en ella era apariencia.
Tenía diferentes trastornos mentales que la hacían insoportable a todo aquel que la conocía bien.
Tenía la conciencia corrompida hasta el punto que normalmente jamás era capaz de conciliar el sueño de una manera correcta. Y todos sabemos que eso sólo les ocurre a las personas que tienen muchos remordimientos y cargos de conciencia.
Su mente estaba corrompida también con pensamientos lascivos durante todo el día.
Cuando no tenía pareja buscaba apaciguar su ansiedad habitual teniendo sexo con cualquiera. 
Era vulgar y solía copular con extraños a pelo, lo que la degradaba todavía más y aumentaba el riesgo de enfermedades de transmisión sexual.
Pensaba en el sexo todo el día y todos los días a todas horas. Su cuerpo era capaz de saciarse, pero su mente putrefacta no. Por lo que fantaseaba con cosas de lo más depravadas y se juntaba con degenerados de la peor calaña.
Su aspecto no era malo. De cara bonita hasta que empezó a hacerse infiltraciones de bótox o similar y "tratamientos de belleza" que le empezaron a deformar la cara y hacerla parecer más mayor de lo que era. Tenía un físico normal salvo por la cintura. Tenía una peculiar barriga, como si estuviera embarazada de cinco meses, que era incapaz de quitarse. Eso por no hablar del estreñimiento crónico, problemas estomacales y de digestión relacionados estrechamente con sus problemas mentales a causa de los remordimientos que padecía del mal que solía producir en los demás. También tenía problemas hormonales y relacionados con el periodo, posiblemente con una matriz tan corrompida como ella por lo que es posible que jamás pudiera engendrar vida en ella. 
También tenía problemas de espalda entre otras muchas cosas. 
Era como si toda aquella energía negativa que solía mover a su alrededor la fuera consumiendo poco a poco, lentamente a causa de sus malas decisiones.
Curiosamente era incapaz, o eso decía, de darse cuenta de todo el mal que causaba.
Se victimizaba y deformaba la realidad a su interés culpando siempre a los demás de todo lo que le pasaba. Lanzando balones fuera. Deportivamente. 
Solía coquetear con temas esotéricos y había coqueteado con drogas y otras cosas. Se jactaba de probarlo todo y es que lo único que tenía claro es que no tenía nada claro.
Mi amigo salió con ella durante cierto tiempo y lo descolocó por completo. Jamás lo había visto tan mal como cuando estaba con ella o cuando lo dejaron. 
Después de su relación trató de dañar la imagen de mi amigo de todas las maneras posibles tratando de poner en contra de él incluso a terceros.
Una mujer que ofrecía su cuerpo a cualquiera y se movía solamente por el interés. Sin principios, sin moral, sin escrúpulos, sin conciencia, sin talento, sin, como ella misma. 
Aún así en su delirio se creía capaz de cualquier cosa y la mejor en muchas materias. Se pensaba que siendo cercana y ofreciéndose a hacer favores sexuales iba a trepar y conseguir antes sus objetivos, pero la gente ya la tenían calada. Aparte de que ya era demasiado mayor para muchas de las cosas que ella quería.
Mi amigo me contó que lo último que supo de ella es que trataba desesperadamente de engatusar de nuevo a alguien. 
Una mujer rastrera y despreciable que causaba vergüenza con su conducta a otras mujeres. 
Una mujer que lo mejor que se puede hacer es mantenerse lo más lejos posible de ella. 

Eso es todo por ahora queridos amigos. 

Detrás de una historia de amor, como la del post anterior, una de desamor. 

Evidentemente esta es una historia de FICCIÓN que nada tiene que ver con la realidad y si alguien se siente identificada pues que vaya a hablar con un médico.

Mis mejores deseos para todos vosotros. 

Hasta la próxima!!!

Alberto Hidalgo.


sábado, 9 de marzo de 2024

Un día agradable

 

ES FICCIÓN!


Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

En esta ocasión os voy a contar un bonito encuentro. Un encuentro especial.

Hacía mucho que no la veía. Nuestra relación ya forma parte casi de otra vida. 
Casualidades del destino la trajeron a no muy lejos de donde yo vivo. 
Me escribió y yo la contesté. Al día siguiente ella vino a mi barrio y la fui a buscar.
Era una mañana fría de invierno. Pero hacía un bonito sol y el cielo estaba despejado. Anduve entre los olivos que habían junto a la zona de aparcamiento donde habíamos quedado.



Y ahí estaba ella, preciosa como siempre, con su cabello castaño recogido en coleta, vestida impecablemente y la sonrisa que en su momento me había hecho vibrar de alegría y de amor. 
El tiempo había marcado surcos en su rostro, levemente, pero ya había dejado su marca como si tratara de decir sin palabras que ya no era esa veinteañera que en su día conocí y amé.
Nos saludamos con dos besos y un abrazo como pocos. Su perfume era distinto al que usaba en tiempo atrás. 
La miré a los ojos y ella me devolvió la mirada. En ellos encontré a la misma de siempre. Por un momento me sentí de nuevo en aquel instante lejano en el que ella era lo más importante para mí.
Caminamos mientras conversábamos hasta una bonita cafetería. Allí tomamos un tentempié y entre risas y recuerdos pasaron más de dos horas. 
Nos sentíamos muy a gusto juntos. Éramos felices, como en su día fuimos. 
Le dije de ir a comer a un buen restaurante de la zona. Pero ella no quería. 
Me agarró de la mano, me miró a los ojos y me dijo que quería ver dónde vivía. Quería revivir por un momento aquello que tuvimos y no supimos conservar. 
Pagué la cuenta y cogidos de la mano, como antaño, caminamos por la calle y subimos a mi casa.
Una vez dentro le enseñé el piso. Dejó su chaquetón, guantes, gorro y bolso sobre el sofá. 
Le ofrecí algo de beber. Me pidió vino. 
Por suerte tenía una vieja botella de Merlot francés. 
Brindamos por nosotros y tomamos vino. 
Ella me había contado que en aquel momento no estaba soltera, pensaba casarse con su novio y tener hijos. A sus más de cuarenta años temía quedarse sin descendencia si seguía esperando. A pesar de eso, se sentía incapaz de amar a aquel hombre con el que iba a contraer matrimonio. Simplemente era la mejor opción para formar una familia. Sentía gran afecto por él y al parecer es una buena persona, pero no la hacía vibrar de placer. 
Ese al parecer era uno de los motivos por los que se encontraba ahí conmigo. 
Guardaba gratos recuerdos de nuestra intimidad cuando estuvimos juntos. Quería revivirlo una última vez antes de casarse. 
Por un momento estuve a punto de decirle que no me interesaba su propuesta. Pero en realidad yo también la deseaba y deseaba volver a poseerla como en su día hice. 
Brindamos y bebimos alegremente. Pusimos música y bailamos abrazados con las copas de vino en la mano. 
Poco a poco nuestras manos comenzaron un reconocimiento del terreno. El uno del otro. Cuando quisimos darnos cuenta nos estábamos besando. 
Dejamos las copas de vino y suavemente nos sumergimos en una espiral de besos y de caricias. 
Caminamos hasta el dormitorio y ahí nos desnudamos el uno al otro. 
Su figura ya no era la de aquella veinteañera prieta. Aún así seguía siendo delgada y atractiva.
Su piel de un bronceado natural, sus pechos firmes y bien puestos, aunque mucho más decaídos que en tiempos pasados, su cintura estrecha, sus caderas bien formadas, su culito redondo y su pubis rasurado. 
En la ingle izquierda un pequeño tatuaje de un hada madrina señalando a los genitales con una varita mágica y escrito en inglés justo debajo "camino al paraíso".
Le pedí que se tumbara en la cama. Se colocó boca arriba, con la cabeza colgando fuera. Me acerqué y se metió mi miembro en la boca y comenzó a chuparlo como si fuera un helado. Aquello me produjo un gran placer. 
Me incliné y lamí su sexo, que empapado, esperaba mi llegada. Disfrutamos el uno del otro hasta que de repente se sacó mi pene de su boca y contrayendo el vientre tuvo un orgasmo monumental. 
De sus genitales brotaba agua en abundancia. Me puso empapado. Fue un placer.
Me lavé la cara y volvimos a la carga. 
La penetré con dulzura y delicadeza. Copulamos. Primero despacio y progresivamente fuimos a más.
Poco a poco fui recordando momentos de pasión con ella. 
Le lamía los pechos, se los comía, mientras la penetraba cada vez con más intensidad. 
Ella lo hacía muy bien. Se nos daba muy bien a los dos. Juntos.
Adoptamos varias posturas a lo largo de más de una hora de coito.
Ella, después de cuatro orgasmos empezaba a estar cansada. 
Sentados frente a frente, sentada ella sobre mí, apoyando los brazos en la cama mientras la agarraba del trasero comencé a penetrarla lo más duro que pude. 
Sus pechos botaban al ritmo de mis embestidas. Gemía. Sudábamos. Nos besábamos. Seguíamos.
Ella sabía que en esa posición duraría poco. Aún así fui capaz de aguantar el tirón concentrado un cuarto de hora más. Estábamos los dos exhaustos cuando finalmente conseguí llegar al  orgasmo. 
Un orgasmo como pocos en el que sentí mi alma salirse del cuerpo. Era como si me desprendiera de mí algo vital, como si en el esperma que salía disparado de mi cuerpo saliera con él parte de mi esencia vital. En cierto modo así era.
Eyaculé dentro de ella sin protección alguna ya que ella me había asegurado llevar un control anticonceptivo que le permitía hacerlo sin necesidad de gomas. 
De todos modos, me dijo, en el caso de que se quedara embarazada de mí tampoco me lo tendría en cuenta y le diría al hombre con el que pensaba casarse que el niño era suyo.
Aquello definitivamente me tranquilizó hasta el punto de no importarme eyacular dentro de su cuerpo. 
Lo cual me llevó a tener una de las experiencias sexuales más satisfactorias de mi vida. 
Después de aquello nos tumbamos en la cama abrazados. Satisfechos. Felices. 
Dijo que jamás me olvidaría. Que siempre estaría en su corazón. 
En mi mente brotaban las mismas palabras que con una mirada le transmití. 
Ella sonrió y abrazados nos dormimos un rato.
Después nos dimos una ducha bien caliente, nos vestimos y salimos a comer algo por ahí.
Invitó ella. Dijo que después de lo que le había dado le dolía hasta el andar, pero que había valido la pena, por lo tanto pagaba ella. Me pareció un buen argumento y no insistí.
Después la acompañé al coche cogidos de la mano.
Delante del vehículo que la había traído hasta mí nos dimos un último beso. Esta vez sí, último de verdad. 
Seguiríamos siendo amigos para siempre, pero nuestra pasión moría ahí, en ese último beso carnal. Beso tan intenso que incluso tuve una erección ahí mismo. 
Ella se dio cuenta y me miró la entrepierna con felicidad. Dijo que en otras condiciones sin pensárselo ahí mismo me hubiera aliviado. 
Siempre guardaré gran cariño por ella. Siempre se lo tuve, incluso con el paso de los años, siempre, ella y yo habíamos mantenido una conexión especial a pesar de haber roto. 
Se montó en su coche y se alejó de mí para siempre. 
Feliz la vi irse hacia su destino. Nos volveríamos a ver como amigos. Pero esa última vez quedaba en nuestros corazones, el de ella y el mío.

Eso es todo por ahora queridos amigos. 

Espero que esta entrada haya sido de vuestro agrado. 

Nos vemos en la próxima!

Hasta pronto!

Alberto Hidalgo.


 

sábado, 3 de febrero de 2024

Action Martial Arts Mega Weekend

 Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

Para esta ocasión os quiero hablar de mi última aventura. 
Aventura que compartí en compañía de mi querido amigo el gran director de cine de acción Nacho Serapio. 
En la madrugada del pasado miércoles 24 de Enero del presente año 2024 Nacho y yo viajamos hasta Filadelfia, Estados Unidos con la intención de participar en uno de los eventos del cine de acción a nivel internacional más importantes del año: la ACTION MARTIAL ARTS MEGA WEEKEND.



Montamos en un avión de American Airlines y tras nueve horas de vuelo llegamos a nuestro destino. 
Nada más bajarnos del avión y recuperar nuestras pertenencias cogimos un taxi y nos dirigimos al museo de arte de Filadelfia, famoso por la película de Rocky en la que Sylvester Stallone subía las escaleras de piedra que se encuentran a los pies del museo y celebraba el haber superado sus entrenamientos previos al combate principal en el que culmina la película. 

Al igual que Rocky solo que vestidos de calle y con un jet lag terrible hicimos lo propio y corrimos escaleras arriba para celebrar el éxito en la cima de estas y lanzar unos golpes de puño y pierna en lo alto de la escalera. 
Nos grabamos en vídeo y nos hicimos fotos. 
Durante este acto nos encontramos allí con un buen amigo, el actor francés de cine de acción Alan Delabie. 
Junto a él también nos fotografiamos.
Después paseamos por la ciudad y cogimos un tren hasta Atlantic City, nuestro destino final en USA.
Al llegar a la ciudad nos registramos en el hotel y aprovechamos para dar una vuelta por la ciudad. 
Al día siguiente hicimos turismo y descubrimos los encantos de Atlantic City y todo aquello que la ciudad ofrecía. 
Una ciudad con encanto, en la que se inauguró hace 100 años el certamen de Miss América. Ciudad de juego y veraneo, que al ser invierno se encontraba con un clima poco agradable para pasarlo al aire libre. 
Nos acercamos a la costa atlántica. En la playa frente a mí un vasto océano. Miré hacia Europa, al horizonte, y el océano me devolvió la mirada. 
Al día siguiente comenzó la convención. Estrenamos el trailer de El Duro, mi primera película como protagonista. Fue un estreno mundial que tuvo una maravillosa acogida. En aquel momento se me comenzó a comparar con Chuck Norris, lo cual es un gran elogio para mí.
Decían algunos por ahí, igual que previamente había pasado por España, que yo era el "Chuck Norris español". 
 Conocimos en persona a Cynthia Rothrock, Don Wilson, Benny Urquidez y Bill Wallace entre otros muchos más. Nacho impartió un seminario sobre cómo rodar cine de acción e hicimos muy buenos contactos. 
Allí nosotros también éramos estrellas de cine, desde luego, y todo el mundo nos trató de igual. 
Encontramos en aquellos grandes que llevaban décadas dedicados al cine una humildad y buen hacer maravilloso. 
A la noche se nos invitó a queso y vino y después hubo un baile en el que disfrutamos de la compañía de todos los que nos acompañaron durante el día. 
Al día siguiente lo más destacable fue la presencia de Michael Jai White, con el que compartimos impresiones y conversamos sobre proyectos de futuro. Michael es un gran hombre y un gran profesional al que le encanta España. Nuestra presencia fue reconocida como los únicos actores de cine de acción español conocidos a nivel internacional, ya que fuera de nuestro país no se conoce a ningún actor dedicado a un género emergente en España pero que sigue siendo desconocido fuera de nuestras fronteras. 
Por la tarde se dio inicio a un torneo de artes marciales en el que incluso había combate de caballeros medievales con armaduras y armas de metal. 
Por la noche hubo cena de gala en la que Nacho recibió un premio a su carrera como actor y director y se le incluyó en el HALL OF HONOR, junto a los más grandes a nivel internacional donde se incluyen nombres como: Chuck Norris, Cynthi Rothrock, Jason Statham, Scott Adkins, Michael Jai White, Steven Seagal, Jean Claude Van Damme y muchos más. 
Tras la cena estuvimos de fiesta.
El último día fue de despedida y estuvo principalmente centrado en el torneo de lucha. 
Recogimos nuestras cosas y pasamos el resto del día disfrutando de las últimas horas que nos quedaban en la ciudad. 
A la mañana siguiente regresamos en tren a Filadelfia y desde allí cogimos un vuelo hasta Boston. 
En Boston otro hasta Madrid y regresamos a casa. Llegando a España un día después de haber iniciado nuestro viaje de regreso. 
La experiencia fue enriquecedora, hicimos muy buenos contactos y conocimos a grandes celebridades del cine de acción internacional que nos trataron de iguales. 
Tenemos prevista otra reunión con algunos de ellos en unos meses en otra convención que se celebrará en Reino Unido. 
Las cosas marchan, nuestro cine está cada día más cerca del éxito que se merece y nuestro reconocimiento como estrellas de la pantalla no para de crecer. 
Feliz de todas estas experiencias. Agradecido a Nacho y al universo por las oportunidades que se me presentan. 
Llegaremos todo lo lejos que podamos y no vamos a parar hasta conseguir nuestros objetivos. 
Cada día más cerca de aquello que soñamos. Cada día un poco mejor. 

Eso es todo por ahora. 

Gracias a aquellos de buen corazón que me leéis.

Y una cosa. Si me odias y me lees, que sepas que eres mi fan. 

Una abrazo de corazón a todos. 

Hasta la próxima entrada!

Alberto Hidalgo.


 


jueves, 1 de febrero de 2024

Una vida junto a tí

ES FICCIÓN!


 Hola a todos.

Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

25 de Enero del 2023, miércoles.
Salí del trabajo un poco antes. Me habían llamado del colegio de mi hijo y tan solo me habían dicho que tenían algo importante que decirme. Como siempre ha sido muy problemático me esperaba lo peor.
Por otro lado, mi novia no se encontraba nada bien, tenía fuertes


dolores de cabeza y un estrés por las nubes. Me pidió que en cuanto pudiera me acercara por su casa. Vivía con sus padres y quería que le devolviera una serie de cosas que tenía en mi coche y que por descuido se había olvidado, entre otras sus gafas de ver.  
Había sido un día extraño, poco usual. Desde el comienzo todo parecía girar en torno a la idea del cambio. Algo venía de frente y no sabía el qué.
Desde mi coche, a medida que avanzaba hacia el colegio de mi hijo, unas oscuras nubes de tormenta cubrieron el cielo.
De repente un rayo cayó en mi paso partiendo un árbol en dos como si fuera mantequilla. 
Debido estruendo y la luz producida por el rayo por poco tengo un accidente, pero supe controlar el coche. El cielo tomó un tono verdoso. Las nubes eran de otro color. Un cambio sutil pero que me hacía creer que algo ocurría. 
Como si me encontrara en otra dimensión.
Mirando por el retrovisor me di cuenta que el árbol partido por el rayo estaba ardiendo y esta llama también tenía un extraño color verdoso. 
Como tenía prisa no presté mucha más atención y seguí adelante.
Aparqué el coche en frente de la escuela y llamé al timbre. 
Me abrieron la puerta y me hicieron pasar al despacho de la directora. 
Creía saber lo que había ocurrido. 
La directora se presentó frente a mí. Ella también estaba cambiada. Normalmente esta, una cuarentona delgada, solía vestir bastante desaliñada y de manera vulgar. Pero aquel día llevaba un elegante vestido marrón con americana y blusa blanca y su cabello iba recogido en una perfecta coleta. Llevaba gafas de pasta negra que la hacían parecer más intelectual y olía a perfume caro.
Llevaba mocasines de mujer a juego con el vestido y sujetaba junto a su pecho una carpeta. 
Me hizo sentar frente a su escritorio. Ella también tomó asiento.
Me dijo que quería felicitarme, que hoy iban a premiar a mi hijo no solo por su conducta ejemplar, sino por haber sacado matrícula de honor en todas las asignaturas. 
Por un momento pensé que aquello no era más que un sueño, no me lo podía creer. 
Ella, desde la alegría y la firmeza me aseguró sentirse muy orgullosa de él y que a causa de que iba a cambiar de colegio y les daba mucha pena, le estaban celebrando una fiesta en su honor y le iban a hacer regalos y todo. Al parecer el colegio entero había colaborado en la recaudación del dinero para comprarle unos regalos de despedida.
No salía de la sorpresa de lo que aquella mujer me estaba diciendo. No entendía nada de nada. 
Pensaba que mi hijo se habría vuelto a pelear o algo parecido y nada más lejos de la realidad. 
Por que, ¿aquello era real?
Desconcertado salí del colegio tras recibir un abrazo de la directora. 
Caminé hacia mi coche y mi novia me llamó. 
Le dije que acababa de salir del colegio y que ahora iba hacia su casa. 
Cogí el coche y en veinte minutos me personifiqué en la puerta de su chalé.
Llamé al timbre y salió a abrirme. Tenía mala cara y llevaba unas gafas de sol graduadas que en ocasiones usaba. 
Le entregué una bolsa con sus efectos. Fue entonces cuando me dijo que tenía algo importante que decirme. 
Me puse nervioso. 
Agarró mi mano. Me dijo que lamentaba su indecisión con respecto a nuestra relación de los últimos meses y que quería formalizarla. 
Aquel día hicimos el amor con más pasión de la habitual y a los pocos días nos fuimos a vivir juntos. 
Un mes más tarde firmábamos contrato de trabajo con un hombre que nos había hecho una excelente oferta y fue así como comenzamos a ganarnos bien la vida dedicándonos a nuestra profesión. 
Nos compramos un piso en una bonita zona al norte de la capital y allí comenzamos nuestra vida en común. 
Éramos muy felices. Nos teníamos mutuamente y con aquello era más que suficiente. 
Ella se llevaba muy bien con mi hijo y este también la quería mucho.
Después de los tres primeros años de convivencia decidimos casarnos y celebramos una boda por todo lo alto. De viaje de novios viajamos a Japón. 
Seis meses después nació nuestro primer hijo. Una niña preciosa que se parecía mucho a ella. 
Durante el tiempo de lactancia ella se quedó en casa y yo seguí trabajando y creciendo en muchos aspectos. Contratamos una niñera y en cuanto ella pudo volvió al trabajo también. 
Nuestro trabajo era nuestra pasión y nos llenaba en muchos aspectos. 
Me sentía feliz y pleno a su lado. La miraba a la cara y daba gracias a Dios por tenerla conmigo. Era tan bonita, tan increíble tenerla cerca. 
Yo la adoraba. Su olor, su sabor, su piel. Su carácter. Tan tierna, tan delicada, alguien a quien tenía que proteger. 
Desnudos en la cama. Haciendo el amor la miraba a los ojos, unos ojos almendrados en los que me veía reflejado. Unos ojos que me miraban con admiración y deseo.
Ella era mi motor. Aquello que me hacía querer ser mejor persona y mejor en mi profesión. Ella siempre sacaba lo mejor de mí.
Mi corazón estaba colmado de felicidad. 
Todo lo contrario a mis años verdes en los que pugnaba por tener algo que valiera la pena. 
Cuando la niña cumplió los dos años tuvimos otro hijo. Un varón. Y ya teníamos la parejita que tantos matrimonios buscan.
Conseguimos cierto reconocimiento en nuestra profesión. Había quienes nos admiraban de verdad.
Nosotros siempre trabajamos desde la humildad y el buen hacer por alcanzar nuestros objetivos. A veces trabajábamos juntos y otras cada cual por su lado.
Pero siempre había un momento al día en el que nos reuníamos y nos contábamos nuestras cosas. Aquello hacía cohesión y ese vínculo nunca cambió.¨
Los años pasaban. Las estaciones se sucedían y un buen día ya tenía casado a mi hijo mayor con una chica coreana y a los otros dos en la veintena.
El rostro de mi amada había envejecido al igual que el mío. Ahora los dos peinábamos canas y nuestros rostros no eran ni de lejos el rostro de aquellos que se conocieron un buen día.
Pero yo siempre cuando la miraba y me sonreía veía a aquella treintañera que un buen día de marzo conocí.
La vida puede ser un suspiro.
Quizás no todo fue bueno, pero supimos salir adelante en nuestra relación.
Ninguno de los dos se rindió jamás. Incluso en los momentos difíciles seguimos estando juntos y apoyándonos mutuamente.
La vida. Nuestras vidas. Siempre supimos cómo llevarlas a cabo.
La pasión nunca nos faltó. Siempre la amé.
Nuestros hijos se hicieron mayores, se casaron y nos dieron nietos. 
La vida nos iba colocando poco a poco en diferentes roles a medida que madurábamos. 
Dulcemente fuimos avanzando hasta llegar a la vejez.
El destino me permitió incluso conocer a un bisnieto por parte de mi hijo el mayor.
Postrado en la cama. Cuando estaba a punto de expirar y mi hijo el pequeño, ya con cuarenta y dos años, tomaba nota del presente texto junto a su hermana y mi otro hijo. 
Mi amor no tenía cuerpo de verme así. Aún y con todo, acabó acostándose conmigo, cogiéndome de la mano y acompañándome hasta que iniciara mi viaje a un lugar en el que todavía no me iba a acompañar. 
Un viaje que iniciaría solo y allí donde fuera la esperaría sin prisa a que viniera a mi lado.

Esta es una historia de FICCIÓN y no tiene nada de real ni hace referencia a NADA conocido.
Si hay alguien que se sienta identificado con esta historia que me escriba por privado y me pregunte. Que se ahorre de ridiculeces y problemas. 

Espero que esta historia haya sido de vuestro agrado. 
Al igual que he escrito historias de vida y muerte, en esta ocasión he querido retratar una historia más dulce de lo habitual, si entendemos por dulce el amor de toda una vida. Algo que mucha gente quisiera vivir y que para bien o para mal son incapaces de conseguir.

Nos vemos en mi siguiente historia. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.





domingo, 28 de enero de 2024

Delicadeza asesina

 Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog. 

En esta ocasión quiero hablaros de uno de los últimos trabajos que he realizado. 

Delicadeza asesina cuenta una dramática historia con un cruel y triste desenlace. 

Una historia de amor y violencia donde la locura juega un papel fundamental. 


Para esta nueva aventura he contado con el gran director de cine Fernando Vernier y la maravillosa y encantadora actriz Cristina Villa. 

Un trabajo de tres intensos días en el que tanto Fernando, Cristina y yo le hemos puesto el corazón y el resto para sacar adelante una historia corta que nadie se espera.

El resultado tardará todavía un poco en ver la luz pero os aseguro que dará que hablar. 

Mientras tanto seguiré adelante con mis proyectos, sacando adelante muchas cosas siempre en compañía de los mejores. 

Gracias Fernando y Cristina por esta bonita aventura. Seguiremos colaborando en próximos proyectos!

Eso es todo por ahora. 

Gracias por leer mi blog.

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.