viernes, 21 de febrero de 2020

Sobre la pasión y el deseo


Hola a todos.
Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida una vez más a este mi blog.
Para esta ocasión quisiera hablaros del placer de la carne.
Las mujeres, junto a la práctica de las artes marciales, son mi inspiración, mi pasión y mi afición.
Para mí, una de las pocas formas que tengo de llegar a la iluminación o a un estado superior de bienestar o de conciencia es entre los muslos de una hermosa mujer.
La mujer le da al hombre, en su abrazo más íntimo, esa paz tan necesaria que su alma inquieta ansía.
Las artes marciales y el entrenamiento físico son mi principal forma de sentirme en comunión conmigo mismo. Es difícil de explicar pero los que suelen hacer ejercicio me entenderán perfectamente. El deporte, en mi caso las artes marciales, te mejoran por dentro y por fuera y ralentizan el proceso natural de envejecimiento.
Cuando te encuentras en plena práctica intensiva, llega un momento que ya no sientes el cansancio ni el dolor y entras en un estado de bienestar y placidez idílica. Un lugar único y efímero en el que me encantaría permanecer para siempre.
Por otra parte, pocas veces me he sentido tan completo como cuando me encuentro unido a una mujer deleitándome en el noble arte del sexo y el afecto.
El olor de la hembra, su sedosa piel, su hermoso cuerpo, cuando la penetro y me uno a ella mediante la carne, entro en esa comunión universal.
El hombre es sexo y guerra y de ahí que nos sintamos tan bien en el fragor de la batalla y en el fuego de la pasión fornicando con una buena fémina.
Durante mucho tiempo en mi juventud no le encontraba el sentido a la práctica sexual. Entendía su necesidad de perpetuar la especie y el impulso del sexo que lleva a su deseo. Pero de igual modo no le encontraba nada más.
En la actualidad comprendo la poderosa arma que puede resultar ser el sexo y sus beneficios para el hombre que lo practica.
El sexo es poder, puede ser política o simple pasión.
Lo cierto es que por mi experiencia he descubierto que dentro de las relaciones sociales con el sexo opuesto este tiene una gran importancia.
La mujer se siente valorada cuando es amada y es por eso que atrapa al hombre ofreciéndole aquello que se encuentra entre sus piernas.
Es curioso observar como por las mujeres se han desencadenado guerras y han caído imperios, se ha matado y se ha mentido.
Por entrar entre las piernas de la mujer somos capaces de hacer cualquier cosa. Por estar allí morimos y de allí nacemos. Todo acaba y empieza para los hombres en un mismo punto: la vagina de la mujer.
Solo el hombre enfermo, degenerado o saciado rechazaría la vagina de la mujer.
Por ahora esto es todo.
Espero que esta entrada haya sido de vuestro agrado.
Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.