martes, 21 de noviembre de 2023

Sangre al amanecer

Es ficción! 


Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

Hoy os vengo con otra historia de ficción, como la de la entrada anterior.
Un símil alternativo en otro mundo paralelo.

Ocurrió en una fría mañana de invierno en la Francia de los años sesenta.



 Aparcó su humilde coche en una zona reservada pera vehículos y andando de madrugada comenzó a hacer una marcha a pie hasta la cumbre de una montaña.
Caminó durante horas. Sentía frío en pies y manos. La boca y la nariz las tenía heladas. 
Gracias a un grueso gorro de lana que llevaba puesto no se le congelaron las orejas.
Llegó a la cumbre al alba.
Quedaban minutos para que amaneciera.
Contempló por un momento el hermoso paisaje. Quería sonreír, pero era incapaz.
Se quitó el gorro y el abrigo. Por un momento se apresuró con los preparativos. 
Quería llevar a cabo aquello que tenía pensado en el momento adecuado.
Cada vez había más claridad. 
Sentía mariposas en el estómago de los nervios y la ansiedad.
Una parte de él no quería hacerlo. La otra estaba determinada.
Sabía que ya no le quedaba nada en esta tierra que valiera la pena. Lo había perdido todo.
 Su mente estaba en paz sabiendo que lo único que le esperaba era reunirse en el más allá con la mujer a la que un día amó y murió antes de que les diera tiempo a consumar su felicidad. 
La claridad aumentaba. El sol estaba a punto de salir.
Se arrodilló en el frío y húmedo suelo, contemplando un precioso valle. El cielo estaba limpio de nubes.
Se abrió la camisa y el pantalón.
De una pequeña mochila que llevaba sacó un cuchillo de veinte centímetros de hoja afilado como un bisturí y lo colocó delante de él.
Agarró el frío acero por la empuñadura.
El sol estaba a punto de asomar.
Colocó la punta del cuchillo contra la suave piel de su abdomen. 
Tenía le respiración alterada. Todo en él eran nervios e incertidumbre.
De repente, los primeros rayos del sol hicieron acto de presencia y lo iluminaron como si fuera Dios señalándolo con un dedo.
Cogió aire y con toda su fuerza se clavó el cuchillo en el vientre.
La sangre comenzó a manar de su cuerpo. El frío hacía de anestésico de tal manera que por un momento no sintió gran cosa.
Giró el arma dentro de su cuerpo y tiró con fuerza hacia el lado opuesto de su vientre. De repente un potentísimo calor se apoderó de él.
Su cuerpo manaba sangre a chorros por la inmensa herida provocada con aquel filo. 
Las vísceras asomaban y todo él se estremecía en un dolor eléctrico absoluto.
 De repente gritó con fuerza al tiempo que vomitaba una bocanada de sangre oscura. Todo el valle se estremeció.
Sacó el cuchillo sintiéndose débil pero aún capaz y se lo clavó en la carótida. 
No sintió dolor, solo un golpe. Al retirarlo la sangre comenzó a manar a chorros y tuvo una curiosa sensación de liberación.
Cayó de frente y quedó en el suelo de lado. Su cuerpo moría y su espíritu se liberaba.
Se sentía marchitar a gran velocidad. 
Pensó que eso era lo que sentía la gente al envejecer, pero en un instante. 
Sus ojos se cerraban, le costaba respirar. Todo su cuerpo fallaba.
De repente, con la mirada inerte le pareció ver al fondo del valle a una mujer llamándolo con la mano. Por fin una sonrisa se dibujó en su rostro con su último aliento y después de eso expiró.

Dedicado a Yukio Mishima y su íntima, delicada y despiadada obra.

*Ni qué decir queda que es una obra de FICCIÓN. Lo digo por si alguien se siente identificado...

Es una historia triste, pero espero que haya sido de vuestro agrado.

No deja de ser ficción.

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.




lunes, 20 de noviembre de 2023

Tensión

ES FICCIÓN! 


Hola a todos!

Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

Os contaré una historia de ficción.


Eran los años sesenta.
Los hechos ocurrieron en la Francia, en una bonita ciudad de costa famosa por sus festivales de cine. 
En ella hubo una mujer que era productora de cine y pagó su propia película. 
Una bonita historia sobre un saxofonista que invierte todo lo que tiene en formar su propia filarmónica. Por el camino conoce a varios hombres y mujeres. Algunos le ayudarán. Otros no. Un drama íntimo y hermoso con un final inesperado.



Durante el rodaje de esta, uno de los actores hizo de todo para trepar en el proyecto y hacerse con todo lo que estuviera a su alcance, y una de las cosas que hizo para conseguirlo fue vivir un romance con ella.
La mujer confiaba en aquel hombre, al que llegó a amar con pasión, y este, sin sentimiento alguno,  se aprovechó de ella, la manipuló todo lo que pudo y más, creando muchos problemas en el rodaje.
Una vez rompieron él la difamó y buscó la forma de denunciarla con calumnias y tratar de arruinarle la vida.
Ella era una mujer que lo había dado todo por él.
La mujer, rota por dentro y por fuera, reconstruyó como pudo los pedazos que quedaron de su trabajo tras la marcha de este hombre. Finalmente sacó su película y esta fue un gran éxito.
Se estrenó y la gente aplaudió su trabajo.
Después de todo el trabajo, el sufrimiento, el dolor, la angustia, el estrés y todos los problemas que le había acarreado aquel hombre ella conseguía sacar su película en cines. Conseguía recoger parte del fruto de aquel gran esfuerzo.
Pero él creía que aquello no era justo.
En sus delirios estaba seguro de que ella era la mala y él una víctima y que era su deber destruirla.
Aquel hombre tenía un supuesto amigo del alma. Este no era más que un detestable hombre manipulador y mezquino, que en realidad confabulaba incluso en contra de su supuesto amigo. Aquel amigo lo animó a que tratara de destruirla. Que tratara de vengarse y dañarla todo lo posible. Como el que tira la piedra y esconde la mano aquel supuesto amigo lo manipuló para que le hiciera mal a aquella mujer. Una mujer que dentro de sus defectos lo había amado, cuidado y le había dado todo lo que estaba en su mano.
Fue entonces cuando este hombre visitó a los padres de aquella mujer una bonita y apacible tarde. Estos le invitaron a entrar en su casa y él les ofreció unos dulces. En ellos había colocado cianuro y fue así como acabó con la vida de los progenitores de aquella mujer. 
Cuando supo de la muerte de sus padres aquella mujer se hundió. Contrató a un detective privado y este consiguió pruebas que demostraban la culpabilidad de aquel hombre.
Fue entonces cuando desesperado decidió vengarse matándolos.
Cuando matas a alguien no sólo le arrebatas todo lo que es y lo que tiene, sino también todo lo que podría haber sido o haber tenido. 
Y eso hizo. En un ataque de locura mató a su supuesto amigo y a él también. 
Hubo una investigación policial por un suspicaz detective de la policía francesa que ató cabos.
Evidentemente después de eso ella acabó en la cárcel.
En el fondo de su corazón lo seguía queriendo. Ella lloró desconsoladamente la muerte de aquel hombre al que quiso y este le hizo gran mal.
Encerrada en prisión su alma murió y un buen día se quitó la vida.
Pero antes de eso dejó testimonio de su pensamiento en un libro que con el tiempo fue publicado por un familiar. Una historia de amor y dolor que conmovió al mundo.
Una historia titulada: La vida real de Dominique, la productora de El saxofonista de media noche
Un libro que hizo historia.

Moraleja: Cuidado con lo que hacéis. Cuidado con lo que decís. Nunca se sabe cómo va a responder una persona bajo un estrés insuperable. Nunca se sabe qué decisión puede tomar. 
Es un aviso.

*Todo esto forma parte de una historia de FICCIÓN y nada tiene que ver con la realidad. Y si alguien se siente identificado con el texto pues que se lo haga mirar porque no es más que una historia de FICCIÓN que salió de mi cabeza como otras tantas historias más.

Y eso es todo por ahora queridos amigos.

Espero que esta entrada haya sido de vuestro agrado.

Muchas gracias a todos los que me leéis.

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.





viernes, 3 de noviembre de 2023

Cosas que hacen que la vida valga la pena

 Hola a todos queridos amigos.

Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog. 

En esta ocasión quiero hacer una reflexión y compartirla con vosotros.
En la vida ocurren cosas buenas y malas. Cosas que nos gustan y otras que no nos gustan tanto. 
Nosotros, como plenos protagonistas de nuestra propia existencia somos quienes decidimos qué hacer con eso y cómo afrontamos nuestros retos personales y cómo y qué importancia darle a aquello que nos ocurre y que no podemos controlar.



Este año está siendo un año de bendiciones.
Cambié de domicilio a uno mucho más grande. 
He iniciado la escritura de mi biografía, una honesta al 100% y justa con los acontecimientos de mi vida, tal y como me gusta expresarme. 
He estado inmerso en varios proyectos cinematográficos siguiendo adelante con mi carrera como actor. 
Haciendo que cada día cuente, que cada día valga la pena vivirlo.
Dando clases de artes marciales de mi propio estilo de Karate y disfrutando del proceso.
Hay veces que la vida te sonríe y suele ocurrir cuando estás enfocado en tus proyectos y en tus propios objetivos.
Mi día a día se basa en madrugar, entrenar, estudiar, aprender, leer, escribir y ver mucho cine.


Como apasionado del séptimo arte veo todas las películas que puedo, las estudio y aprendo de ellas. 
La formación es una parte importante de mi quehacer diario.
Es así como se crece como profesional.
Y desde luego haciendo buenos contactos. Porque la vida muchas veces te pone en su camino a las personas adecuadas para salir adelante tanto a nivel personal como profesional.
Sigo alcanzando mis sueños, sigo viviendo a mi manera y puedo decir con orgullo que soy feliz porque hago lo que quiero y lo que me gusta. 
Es por eso que este está siendo un año de bendiciones, las cuales ya están dando sus frutos y más frutos que darán el año que viene.
Lo único importante en esta vida es hacer las cosas con honestidad y de corazón, porque de la conciencia ninguno se libra.
Lo único valioso de verdad es el honor, ya que poco más te puedes llevar al otro barrio.
Un abrazo amigos.
Mis mejores deseos a vosotros que me leéis.

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.