lunes, 14 de marzo de 2022

En el desarrollo de cualidades

 Hola a todos!

Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

En esta ocasión quiero hablaros de algo simple y a la vez complejo. Esto es nada más y nada menos que la constancia.
En la mayoría de gente, la mayoría de casos, he podido descubrir que carecen de esa virtud siempre y cuando no sea imperante en su vida o se vean obligados a hacerlo. La mayoría que son constantes, por ejemplo, en un trabajo, lo hacen por simple necesidad. Aún así a veces hay que


apretarles para que realicen su labor de una forma satisfactoria. Este tipo de gente suele llevar una vida gris y pasan gran parte de su tiempo sufriendo, deprimidos y de mal humor por verse obligados por necesidad en desempeñar una serie de tareas. Este tipo de gente si no tuvieran la necesidad que les empuja a realizar dicha tarea no harían nada en todo el día más que comer, dormir y poco más simplemente satisfaciendo sus necesidades más básicas igual que un animal.
Luego también los hay que son capaces de realizar un esfuerzo durante un periodo de tiempo determinado, siempre pensando en dejarlo o en el momento que pasarán sin desarrollar aquello que hacen. Un ejemplo de estos serían aquellos que van al gimnasio para trabajar su cuerpo con el fin de parecerse a algún héroe de acción, dispuestos a un pequeño esfuerzo, haciendo trampas si es posible, buscando un fin concreto. En la mayoría de casos en un periodo estimado entre pocos meses para los menos capaces hasta unos cuantos años para los más esforzados, acaban dejándolo y dándose a los goces de la vida dentro de sus posibilidades. Estos suelen ser gente que alardea de sus logros por pequeños que sean y hablan de estos como grandes gestas, como si hubieran lo grado algo imposible para la mayoría.
Son muy muy pocos los que tienen la capacidad de hacer de su vida un acto estoico y espartano llevando una vida de riguroso esfuerzo dando siempre, o por lo menos en la mayoría de casos, lo mejor de ellos mismos en aquello que hacen, buscando por encima de todo la satisfacción personal. 
Algunos de estos se mueven más por el interés económico que por el hecho de autorrealizarse como tal, pero también los hay movidos, casi en exclusiva, por el hecho de alcanzar la excelencia en la medida de lo posible. 
Desde hace veintinueve años practico las artes marciales y lucho por alcanzar una meta muy concreta. Ha sido un camino duro, pero gracias a este he conseguido mantenerme cuerdo a pesar de las adversidades que la vida ha puesto en mi camino. En ocasiones no ha sido fácil mantenerse al margen de tentaciones y abandonos, pero las cosas que realmente valen la pena requieren de un esfuerzo. Nadie dijo que fuera a ser fácil, solo que valdría la pena.
Mi camino no es para todo el mundo. El lugar a donde voy puede resultar atractivo, pero muy pocos son capaces de pagar el precio para alcanzarlo.
Veintinueve años luchando, soñando, creciendo, desarrollándome... Han pasado casi tres décadas. Atrás han quedado aquellos incapaces de seguir el ritmo o seguir luchando por el objetivo. 
Para bien o para mal yo no sé vivir de otra manera. No puedo imaginar otra forma de entender la vida. A medida que avanzo, que me acerco a mi objetivo, voy dejando cada vez más atrás la vida ordinaria de la que un día emergí. Aquello no era para mi. No me veo capaz de comprender de otra forma la existencia del hombre más que como un largo camino de esfuerzo y crecimiento personal para alcanzar una serie de metas y de objetivos.
Los hay que solo existen por un tiempo, los hay que viven y los hay que dan ejemplo y crean para dejar un legado a las generaciones futuras. Estas puede que lo aprovechen o puede que no, pero lo cierto es que siempre será respetable y digno de admiración y con el tiempo, quizás más, quizás menos, se acabará valorando la obra y el trabajo que se tuvo que desempeñar para realizar esta. 

Conscientes o no, cada cual elige su camino y el destino nos lleva con el tiempo a nuestro lugar.
Simplemente puedo dar gracias por la vida que llevo ya que a pesar de estar por debajo de las expectativas, sí es cierto que puedo hacer mi santa voluntad y desarrollar aquello que deseo en gran medida, de forma diferente a como en su día la concebí mentalmente, pero cierto es que jamás las cosas salen tal cual uno las concibe, por mucho que se parezcan estas a la idea original.
Así que seguiré avanzando y luchando durante lo que me resta de vida, ya que eso es lo que los guerreros hacemos porque no sabemos vivir de otra manera.

Espero que os haya gustado mi entrada de este mes. Quizás haya sido un poco filosófica en una expresión del sentido de la vida hasta cierto punto, pero de vez en cuando estas cosas vienen bien.
Mis mejores deseos para vosotros que me leéis. 
Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.