lunes, 8 de mayo de 2023

El amor de mi vida (El que fue)

 Hola a todos.
Esta entrada pertenece a mi pasado. Fue publicada el 22 de agosto del 2009 desde la ciudad de Shanghai, China.
Hoy se cierra un ciclo muy importante en mi vida. Todo sucede por alguna razón. 
Siento tristeza y dolor en mi corazón. Pero como digo, todo sucede por alguna razón.

Nihao!!!
He decidido hablaros del ser más maravilloso que existe en la tierra. Su belleza solo es superada por su corazón.
Estando en Shanghai, ciudad de ensueño en la que he vivido diez días, esta noche tras una maravillosa cena en un restaurante de Hong Kong rodeado por la mejor compañía fuimos ella y yo a un pub situado en la última planta de un hotel de lujo. Allí conversamos y nos dimos amor. Mis sentimientos fluían sin control mientras que recostados en un sofá que parecía una cama nos abrazábamos teniendo como compañía las maravillosas vistas del skyline de Shanghai a través de una de las ventanas del pub. Después fuimos a mi hotel y pedimos la cuenta. Mañana abandono esta ciudad, pero no por mucho tiempo.
La acompañé a su casa. Caminamos cogidos de la mano con el corazón en un puño pensando en el maravilloso tiempo que hemos pasado juntos y los días que nos esperan estando separados. Una extraña mezcla de felicidad y tristeza habitaba en mi corazón. La noche estaba maravillosa. Las ruidosas calles de la ciudad, al caer la noche se silencian dando un ambiente de lo más agradable. Además, a diferencia de otros días, esta vez no llovía lo que hacía una noche de lo más acogedora.
Al llegar a su casa ella me miró con sus lindos ojitos y su dulce sonrisa. Nos besamos. La despedí hasta mañana y entró en su casa diciéndome adiós con la manita mientras sonreía.
Yo marché a mi habitación del hotel.
Por el camino pensé en muchas cosas y di mil veces gracias por la fortuna que me rodea. GRACIAS, GRACIAS !!!
Quien me iba a decir el día que la conocí, a mediados de Mayo, que esta mujer iba a ser el amor de mi vida, ya que por ella siento lo que jamás había sentido por nadie. No es solo amor, que la amo con todo mi corazón, y pasión, es también amistad, confianza, seguridad, respeto…
Ella es y va a ser, espero que para el resto de mi vida mi gran confidente y aliada. Alguien con quien poder contar siempre. Mi amiga, mi amante, la única persona que lo sabrá todo de mí y con quien compartiré mi vida entera.
Por mi parte, ella ya sabe que le voy a dar todo lo que esté en mi mano.
Pretendo para ella una vida llena de alegrías y felicidad. Crearé un mundo maravilloso y exclusivo para ella en el que espero que sea muy feliz ya que mis metas y propósitos se van a basar en darle lo mejor, ayudarla a progresar, a su desarrollo como persona y mujer y amarla solo a ella con todo mi ser. Jamás creí que pudiera haber en el mundo alguien tan maravilloso.
Ella es la realización de todos mis sueños, mi media naranja, quien llena mis vacíos y me ayuda a realizarme como hombre.
Te amo, te adoro desde ahora hasta siempre mi querida.

Después de casi catorce años todo se acabó, como la mayoría de cosas en esta vida. Todo tiene fecha de caducidad. Incluso nosotros. 
Lo único verdadero, lo único que queda en este asqueroso mundo es nuestra herencia genética en nuestros descendientes. Todo lo demás, tarde o temprano, se convierte en polvo. 

Espero que os haya gustado esta entrada.

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.


domingo, 7 de mayo de 2023

Stigma!!!

 Hola a todos. 

Bienvenidos a mi blog.

Tengo una nueva historia para vosotros. O mejor dicho, tengo la continuidad de la última historia.
El día que salí del túnel para mi fue fiesta nacional. Ya no sentía dolor y pesadumbre, había conseguido deshacerme de buena parte de la toxicidad y el daño que me había provocado esa víbora.


Parte del veneno lo expulsé. La otra parte mi cuerpo la absorbió y la procesó. Gracias a Dios no llegó a matarme. Volvía a ver la luz del día. Ahora sí que podía continuar con mi vida. Me reuní con mis amigos y lo celebramos por todo lo alto. A la noche regresé a casa. Me di un baño caliente, me relajé en el agua como tantas veces había hecho (soy muy de baños) y después me fui a dormir. Aquella noche tuve un sueño. Me encontraba en un pantano sumergido en aguas cenagosas hasta la cintura. El fétido olor de las aguas hacía irrespirable el aire. Hacía un bochorno asfixiante. El ambiente era cálido y húmedo. Todo mi cuerpo estaba empapado en sudor o por la aguas cenagosas. El fondo era un lodazal. Comencé a caminar hacia la orilla de aquellas aguas oscuras y fétidas. Los pies se me hundían varios centímetros a cada paso. Seguí avanzando. Cuando estaba a punto de alcanzar la orilla noté algo entre mis piernas. Una presencia. De repente y a punto de salir del agua algo me mordió en la pierna izquierda por debajo del gemelo y por encima del talón. Fue como si varias cuchillas se pusieran en marcha a la vez. Como si una boca retorcida masticara mi carne por un momento. Sin parar el paso y tan solo con un mohín de dolor salí por fin del agua. Mire mi pierna. Estaba sangrando pero no era grave. Tenía varios cortes unidos haciendo un dibujo. Decidí volver a casa y currármelo con calma. Al fin y al cabo no me impedía de nada. Caminé por la hierva fresca. Comencé a sentir frío. De repente desperté. Estaba tumbado en la cama. Todo había sido un sueño. Estaba empapado en sudor y tenía ganas de ir al baño. Salí de la cama y fui a orinar. Mientras estaba en el baño noté un extraño escozor en la pierna izquierda. Por debajo del gemelo y por encima del talón. Me fui a rascar a tientas y noté que tenía algo. Al mirar descubrí que tenía una herida sangrante. Como hecha a cuchillo con trazos similares a los de los caracteres de la escritura oriental sin llegar a ser una palabra. Esa herida era el recuerdo perpetuo de mi estancia en el túnel. De la picadura de la víbora que permanecería en mi piel como un estigma para el resto de mi vida. Su existencia me recordaría un error que no debía de volver a cometer. Un aviso de que la próxima sería el final.  Desinfecté la herida y me coloqué un apósito. Por la mañana me puse a entrenar y seguí con mi vida sabiendo que esa marca eterna me recordaría los errores del pasado. 

Eso es todo por ahora. 

Hasta la próxima. 

Alberto Hidalgo. 


lunes, 1 de mayo de 2023

La luz al final del túnel

 Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a mi blog. 

En esta ocasión tengo otra historia que contaros. 

"Cuando se acaba la fiesta, después del banquete, cuando se apagan las luces, cuando te quedas solo una vez más, cuando ya no quieres saber de dónde vienes, desarraigado, sin pasado, porque hiciste borrón y cuenta nueva, porque ya nada importa, y todo es importante a la vez, porque saboreas el color de la noche, su melancólica luz de las farolas, ese aire fresco de la madrugada, porque de éxito también se muere, y es que queda tanto por hacer, y es que queda tanto por vivir, y no faltan fuerzas, todo lo contrario, se respira el cambio en la noche, el inicio de una nueva etapa, la vida me lleva por caminos insospechados, ¿Quien me lo iba a decir? Veré cómo se presenta el nuevo episodio, ese cambio que tanto se ha hecho esperar, ese empujoncito que me faltaba, y ya está aquí, y viene para quedarse conmigo, porque parece que le gusta mi compañía, y ya no estoy solo, porque está aquí, y sino... Tampoco importa. Alea jacta est!!!"

Entré en un túnel envenenado por una víbora. No la vi venir.


Su canto de sirena me embaucó y a pesar de los gritos de aquellos que me querían de verdad, hipnotizado seguí andando túnel adelante hasta las mismísimas entrañas del averno. 
Para cuando quise darme cuenta estaba solo en la oscuridad. Como un autista había seguido andando hasta donde ella me indicó. Es curiosa la vida. 
Me quitó lo que quiso, me separó de los míos y luego se fue dejándome solo. Su promesa no eran más que palabras vacías. 
Desorientado seguí caminando dentro del túnel. Buscando desesperadamente la salida. Pero era imposible. Entre el veneno que me había inyectado, la falta de medios, ya que me dejó sin ellos y la tristeza era incapaz de dar un paso sin tropezarme. 
Fue duro, muy duro. Pasé frío y gran dolor durante horas. Durante días. Durante meses...
Y todos ya me lo habían dicho.  
Acepté el castigo por haberme equivocado. Acepté mi responsabilidad. Yo la quise. Yo la amé y ella me envenenó, se lucró de mí, me sacó el jugo y cuando se cansó simplemente me dejó tirado despojándome de muchas cosas importantes. 
Ahora por fin veo luz al final del túnel. Parece que la pesadilla llega a su fin.
Nada volverá a ser como antes. Estoy seguro que será mejor. 
De todo se aprende y quien la hace la paga. Para bien o para mal. Eso desde luego.

La vida son dos días. Querido lector, evita las víboras que si te envenenan cuesta mucho de eliminar esa toxina. 

Mis mejores deseos para vosotros. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.