lunes, 1 de mayo de 2023

La luz al final del túnel

 Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a mi blog. 

En esta ocasión tengo otra historia que contaros. 

"Cuando se acaba la fiesta, después del banquete, cuando se apagan las luces, cuando te quedas solo una vez más, cuando ya no quieres saber de dónde vienes, desarraigado, sin pasado, porque hiciste borrón y cuenta nueva, porque ya nada importa, y todo es importante a la vez, porque saboreas el color de la noche, su melancólica luz de las farolas, ese aire fresco de la madrugada, porque de éxito también se muere, y es que queda tanto por hacer, y es que queda tanto por vivir, y no faltan fuerzas, todo lo contrario, se respira el cambio en la noche, el inicio de una nueva etapa, la vida me lleva por caminos insospechados, ¿Quien me lo iba a decir? Veré cómo se presenta el nuevo episodio, ese cambio que tanto se ha hecho esperar, ese empujoncito que me faltaba, y ya está aquí, y viene para quedarse conmigo, porque parece que le gusta mi compañía, y ya no estoy solo, porque está aquí, y sino... Tampoco importa. Alea jacta est!!!"

Entré en un túnel envenenado por una víbora. No la vi venir.


Su canto de sirena me embaucó y a pesar de los gritos de aquellos que me querían de verdad, hipnotizado seguí andando túnel adelante hasta las mismísimas entrañas del averno. 
Para cuando quise darme cuenta estaba solo en la oscuridad. Como un autista había seguido andando hasta donde ella me indicó. Es curiosa la vida. 
Me quitó lo que quiso, me separó de los míos y luego se fue dejándome solo. Su promesa no eran más que palabras vacías. 
Desorientado seguí caminando dentro del túnel. Buscando desesperadamente la salida. Pero era imposible. Entre el veneno que me había inyectado, la falta de medios, ya que me dejó sin ellos y la tristeza era incapaz de dar un paso sin tropezarme. 
Fue duro, muy duro. Pasé frío y gran dolor durante horas. Durante días. Durante meses...
Y todos ya me lo habían dicho.  
Acepté el castigo por haberme equivocado. Acepté mi responsabilidad. Yo la quise. Yo la amé y ella me envenenó, se lucró de mí, me sacó el jugo y cuando se cansó simplemente me dejó tirado despojándome de muchas cosas importantes. 
Ahora por fin veo luz al final del túnel. Parece que la pesadilla llega a su fin.
Nada volverá a ser como antes. Estoy seguro que será mejor. 
De todo se aprende y quien la hace la paga. Para bien o para mal. Eso desde luego.

La vida son dos días. Querido lector, evita las víboras que si te envenenan cuesta mucho de eliminar esa toxina. 

Mis mejores deseos para vosotros. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.


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