Hola a todos!
Soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida una vez más a este mi blog.
En esta etapa de mi vida me he ido volviendo bastante reflexivo a medida que van transcurriendo los años.
Ya dejé la juventud atrás. Ya no puedo morir joven. Y esa no es más una de tantas cosas que definitivamente ya no voy a poder hacer.
La lista irá creciendo a medida que pasen los años. Se puede llegar a hacer una lista muy larga.
Quizás las opciones sean las mismas que siempre, ya que sigo haciendo y soñando lo mismo que toda la vida. Pero al contrario que hace unos años, ahora tengo la certeza de que hay cosas que definitivamente nunca voy a llegar a conseguir.
Y habrá gente que pensará que esto que digo no es más que una tontería, y hasta cierto punto tendrán razón, pero es una tontería en la que uno cae al entrar en la cuarentena.
En la edad de bronce un hombre de mi edad sería muy longevo. Y eso da que pensar.
Los años pasan, cada vez más rápido, y con estos las oportunidades a la misma velocidad. Si no lo cazas al vuelo lo pierdes para siempre.
La vida me ha enseñado que el cambio es positivo e irremediable, pero también hay que saber adaptarse y elegir si te conviene o no.
Vivimos tiempos oscuros en el mundo y una pequeña decisión puede marcar la diferencia.
Sin duda seguiré adelante con mis proyectos, pero también trataré de preservar mi memoria a través del tiempo. Intentaré que esta siga aquí incluso después de que me haya ido.
Varias personas han tratado de borrar mi recuerdo por todos los medios, gente asquerosa a los que en su día les entregué toda mi confianza por ser quienes eran y lo único que me han traído han sido problemas. Es por eso que para mí es fundamental el hecho de preservar mi recuerdo.
Demasiada censura hay de por sí en este mundo de aquellos que manejan los hilos como para que encima "otros" traten de hacer lo propio en exclusiva conmigo.
Supongo que no es fácil autorrealizarse. También depende de cada cual, de las circunstancias y su situación económica, pero desde luego para una inmensa mayoría no lo es. Y ahí estoy yo, luchando contra viento y marea para conseguir mis objetivos.
Desde luego que si al final las cosas salen bien y ya al margen del trabajo que yo pueda llegar a desempeñar, en porque Dios así lo ha querido. Y esa es una idea que me relaja bastante.
Ya que si a pesar de ponerlo todo de mi parte al final no sale es simplemente porque no tenía que salir.
De este modo puedo hacer grandes esfuerzos y dar lo mejor de mí mismo sin esperar un resultado concreto. Si se produce será maravilloso. Y si no pues nada, seguiré luchando hasta alcanzarlo.
La vida no son las metas, sino el camino que recorres para llegar a ellas y cómo lo haces.
Somos lo que hacemos, decimos y pensamos.
Os seguiré contando en otra ocasión.
Gracias por leerme.
Hasta la próxima!
Alberto Hidalgo.
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