martes, 1 de agosto de 2023

Tontas y brujas

ES FICCIÓN! 


Hola a todos, soy Alberto Hidalgo y os doy la bienvenida a este mi blog.

En esta ocasión quiero hablaros de una historia de ficción sobre la perversión de algunas mujeres entre ellas.
Es más, entre supuestas amigas. 
Lo que os voy a contar es algo que un amigo le contó a otro sobre un primo lejano suyo del que sabía poco y sentía aún menor interés. 



Resulta que en el pueblo en el que vivía había dos amigas: una española y otra hispanoamericana.
La española era una chica muy dada al hedonismo y a los placeres de la vida, placeres inmediatos, sufría de inmadurez emocional y por eso a sus treinta y tantos se le estaba pasando el arroz y era incapaz de retener consigo a ningún hombre de valor. La mayoría de los que se acercaban a ella solo querían sexo y poco más, lo que la degradaba a una mujer objeto, cosa que ella, con su conducta y su trastorno sexual (era adicta al sexo entre otras cosas) provocaba toda esa situación que no le gustaba y de la que se quejaba. 
Aún así, esta chica española consiguió tener junto a ella durante algún tiempo a un hombre de valor con muchas habilidades y gran afinidad a ella, al que volvía loco con sus devaneos mentales, pero aún así y con todo él la amaba.
Por otro lado estaba la chica americana. Esta, mayor que la primera, rondaba la cuarentena, por lo que de chica ya tenía poco, de igual modo con adicción al sexo entre otras cosas, vivía una situación de pareja compleja, ya que tenía al novio en el extranjero y este se acostaba con todas las que podía. Por desgracia ella tenía conocimiento de eso y aún así se negaba a dejarlo, lo cual le provocaba gran estrés. No se enfrentaba a la situación y sufría en silencio la traición de su novio. Por lo que se sabe, no quería romper la relación, principalmente, porque aquel hombre era de familia adinerada. Esta mujer era bruja y practicaba la OUIJA, leía las cartas del tarot y hacía el péndulo.
La mujer americana era manipuladora profesional, la española también, pero la americana era infinitamente más astuta.
Esta sentía una gran envidia de su amiga, viéndola con aquel hombre de valor bien parecido, atractivo e inteligente. Su amiga no lo valoraba como se merecía y ella les envidiaba porque tenían una relación prácticamente idílica. 
La española lo hacía todo con aquel hombre y todo en general era maravilloso.
Evidentemente aquello a su amiga americana la carcomía de envidia ya que ella tenía al novio lejos y para colmo este se acostaba con todas. 
Por lo que esta mujer americana comenzó a urdir un plan contra su amiga.
Empezó a desacreditar al hombre que estaba con ella. Siempre que se juntaban le iba metiendo en su cabeza, muy sutilmente la semillita de la duda respecto a él para enfrentarlos.
Le molestaba terriblemente ver lo felices que eran por lo que fue convenciendo a su amiga de que lo dejase, evidentemente no usaba ciertas palabras, el poder de las palabras era algo que ella conocía, aunque creía dominarlo más de lo que en realidad lo hacía.
Por las noches en soledad hizo varios conjuros de brujería para separarlos. Y de forma lenta pero progresiva siguió convenciendo a su amiga de que estaría mejor sin él.
Aquel hombre no sospechaba nada, aunque era consciente de que cada vez que su chica pasaba el día entero con su supuesta amiga, aquella mujer americana, después de eso volvía cambiada, más distante y con peor humor.
Aquella mujer iba envenenando el corazón de su amiga lentamente. 
Cuando se juntaban hacían la OUIJA, leían las cartas del tarot y el péndulo, y la chica española se creía a pies juntillas todo lo que este le decía.
Fue así como puso en contra a la chica española de aquel hombre, convenciéndola de cosas horribles.
Convencida su amiga de lo que la otra le decía, se organizaron y decidieron entre las dos que había que dejarlo de lado. Y así fue. La chica española dejó de lado a aquel hombre que tanto la amaba y que tanto le había dado en todos los aspectos, por consejo de su supuesta gran amiga.
Ahora triste y sola, las dos podían consolarse mutuamente y la mujer americana consiguió su objetivo, ya que aquello que ellos tenían, como ella no lo podía tener, no soportaba ver la felicidad en su amiga. 
Satisfecha por su perverso plan consoló a su amiga, la cual no le dio ningún tipo de explicación a aquel hombre y entre llantos se lamentó de que todos los hombres fuesen tan malos.
Sentía lástima de sí misma y no comprendía porqué la vida le hacía estas cosas, ya que según ella, no se lo merecía.
Quería ser feliz y no sabía cómo. Era incapaz de ver a la gente buena que tenía a su alrededor y les hacía daño y se dañaba a sí misma, dando palos de ciego en lo que a su vida se refiere.
Sin darse cuenta de que todo era cosa de su amiga, que más allá de la alta traición le había arruinado algo maravilloso que ya no volvería a disfrutar.
La mujer americana, satisfecha de haber alcanzado su objetivo, se sintió a partir de entonces mejor consigo misma, ya que quizás su novio le ponía los cuernos, pero su amiga estaba peor ya que había perdido a un gran amor que la podía haber llevado muy lejos tanto a nivel personal como profesional. 
En la soledad, la mujer americana sonreía pérfidamente alegrándose del dolor ajeno.

Lo peor de esta historia es que es algo que pasa con más frecuencia de lo que uno se puede imaginar. Las mujeres entre ellas compiten, muchas veces de manera desleal e incluso entre amigas se hacen daño, y ya sea que la víctima no se percata de la realidad, como si al final aún sabiéndolo acepta su destino (quizás para devolvérsela algún día) lo cierto es que entre ellas mismas se perjudican y se consuelan.
Consuelo de tontos, pero que ellas lo aceptan y les parece bien.

Eso es todo por ahora. 

Hasta la próxima!

Alberto Hidalgo.


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